La 16 de abril – Corriente sindical, federal y popular

Quienes integramos la comisión directiva de ADIUNGS formamos parte de este nuevo espacio que trabajamos mucho por construir, y es un paso imprescindible hacia la Conadu que queremos.

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Corriente sindical federal y popular “16 de abril”

El sindicalismo docente universitario del campo nacional y popular enfrenta hoy desafíos inéditos. Las políticas neoliberales aplicadas entre 2015 y 2019 implicaron avances en los procesos de mercantilización y privatización de la educación superior que se evidenciaron en el recorte de cientos de programas, la pérdida de más de 30 puntos del poder adquisitivo de los salarios de les trabajadores docentes y no docentes, así como la reducción de los presupuestos tanto de ciencia y tecnología como de educación superior. Fueron años de resistencia y de lucha en los que fuimos parte del conjunto de organizaciones que contribuyó a que las políticas del gobierno neoliberal no fueran más dañinas y luego, a impedir su consolidación. A fines de 2019, con un gobierno de corte popular, pudimos volver a la ofensiva, redelinear el camino de la recomposición salarial y definir una renovada agenda, con el objetivo de ampliar nuestros derechos y retomar el camino de transformación de nuestro sistema universitario. Sin embargo, este proceso se vio abruptamente interrumpido por la pandemia del COVID-19. Como tantos otres trabajadores, atravesamos la compleja situación del ASPO y luego del DISPO. Todas las condiciones de nuestro trabajo se vieron trastocadas por completo. Dimos todas las discusiones: redefinimos desde las modalidades de trabajo hasta las condiciones en las que debíamos llevarlo adelante. Trabajamos desde nuestros sindicatos en forma remota sin perder la dimensión colectiva, central para abordar la coyuntura. Sin dudas, la pandemia ha acelerado, y quizás reorientado, procesos en curso de transformación de la educación superior en todos sus niveles así como de la investigación científica y de la organización de nuestro trabajo en general que hoy deben ser correctamente interpretados para no caer en tentadoras simplificaciones. El creciente uso de nuevas tecnologías en todos estos ámbitos y la veloz evolución que éstas vienen teniendo, están reconfigurando las actividades y los vínculos. El obligado uso masivo de medios tecnológicos para la comunicación y la interacción ha causado dificultades y malestar, pero también ha ofrecido nuevos espacios de encuentro y ha favorecido diálogos horizontales que, en otras circunstancias, hubieran sido más esporádicos. Los procesos políticos y la acción colectiva no escapan a este estado de cosas. Las organizaciones sindicales, al igual que casi todas las organizaciones de la sociedad civil, se han visto tensionadas, cuando no astilladas, en esta situación, y no siempre han podido cumplir sus objetivos manteniendo formas democráticas de construcción y decisión. La necesidad imperiosa de nuevas formas de solidaridad y cuidado, de vínculos fraternos sólidos, de objetivos comunes y prácticas que mitiguen los efectos devastadores de una pandemia que no cesa, choca frecuentemente con las formas tradicionales de tramitar el conflicto, con modos de construcción política que, si bien ya eran anacrónicos, en esta época se evidencian como inconducentes o directamente dañinos.

Nuestra corriente sindical surge a partir del encuentro de muchas personas pertenecientes a distintos sindicatos de base de CONADU que compartimos esta caracterización del momento que atraviesan nuestro país, nuestras universidades y nuestras organizaciones. Compañeres que nos reconocemos en prácticas políticas comunes que tienden a fortalecer la democracia sindical, la amplia participación, la vocación de diálogo y el respeto mutuo. Que consideramos indispensable desplegar el análisis y la imaginación política frente a un escenario dinámico y complejo que demanda de nuestras organizaciones mayores y mejores niveles de articulación, tanto hacia las compañeras y compañeros docentes como hacia las demás organizaciones gremiales del ámbito universitario y del territorio. Somos parte de los cambios que tuvo nuestra organización porque crecimos con ella. Somos compañeres convencides de la necesidad de alentar prácticas respetuosas de la heterogeneidad presente y de las diferentes situaciones y procesos políticos que se dan en la enorme diversidad de nuestras Universidades Públicas.

  • Creemos en una unidad como horizonte que no obture estos procesos, sino que los ponga en diálogo para construir democráticamente la síntesis a través de la acción colectiva.
  • Creemos en una Federación que sea más que la suma de los sindicatos que la componen, pero que se nutra siempre de su acción política y la potencie en una articulación nacional.
  • Creemos en una conducción sindical que asuma la construcción y representación del conjunto, generando sinergia y mediando con los distintos actores, sin reducirse a sostener posiciones avaladas solo por una menguante parcialidad, cada vez más divorciada de la docencia en su conjunto.
  • Creemos que hace falta desandar los caminos del verticalismo, del patriarcado y del centralismo que atraviesan a nuestras universidades pero también a nuestras organizaciones sindicales.

Por mandato gremial y por comprensión histórica decidimos avanzar en una nueva construcción político sindical que afronte estos desafíos con otras definiciones, con nuevos objetivos, con otras prioridades y finalmente, desde otras prácticas. Porque nada distinto va a suceder si repetimos los mismos esquemas organizativos o las mismas formas de construcción política.

¿Quiénes somos?

Somos compañeres militantes de los sindicatos de base de CONADU de las universidades públicas de todo el país, comprometides con el proyecto nacional y popular. Queremos un sindicalismo que crezca desde la revisión de nuestras propias estructuras organizacionales, la articulación horizontal de las relaciones políticas, el federalismo y la crítica al patriarcado. La paridad de género como política de acción positiva y también como horizonte de una Federación más igualitaria.

Apostamos a un sindicalismo en el que la diferencia no se zanje a través de la invisibilización de lo otro, sino de la construcción política democrática.

Tenemos la certeza de que es necesario el fortalecimiento de las organizaciones sindicales para ampliar los derechos de nuestro sector, pelear por nuestros salarios y transformar las universidades con el objetivo de contribuir a la construcción de un país libre, justo y soberano, y a la Patria Grande.

Somos militantes de la CTA de les Trabajadores con el convencimiento del rol clave de nuestra Central en el actual proceso de reconfiguración del movimiento obrero organizado.

Sabemos de la importancia de contar con una CONADU sólida porque sabemos a qué nos enfrentamos. Por eso promovemos una integración virtuosa entre los sindicatos de base y la conducción nacional que permita el crecimiento y fortalecimiento conjunto de nuestra Federación. Porque no hay Federación sin sus sindicatos de base, pero también porque estos crecen y se fortalecen plenamente sólo cuando se consolida la Federación. Anhelamos una CONADU que trace rumbos políticos claros a partir de la construcción colectiva, del respeto por las diversas experiencias que la conforman y del reconocimiento del valioso aporte realizado por cada sindicato de base.

Por qué Corriente “16 de abril”

  • Porque el 16 de abril de 2014 y después de más de 20 años de debates y lucha sindical, se firmó el Convenio Colectivo de Trabajo (CCT) para docentes de las Instituciones Universitarias Nacionales, que primero fue proyecto y hoy es una realidad que da sentido a nuestra lucha pasada y futura.
  • Porque el CCT, con su larga historia y su proyección, da cuenta de nuestro reconocimiento como trabajadores docentes de las Universidades Nacionales.
  • Porque es la herramienta que les trabajadores acuñamos y que ha iniciado una verdadera transformación de nuestras universidades nacionales en universidades nacionales populares.